ES cierto que hasta que no comenzó a rodar con Enrique Urbizu no empecé a tomarle en serio. En La Caja 507 bordó un papel sobrio y contundente encarnando a un ex-policía corrupto y sin escrúpulos. En La vida mancha marcó la diferencia interpretando a un personaje tan atractivo como inquietante, sin saber a ciencia cierta de donde provenía, hipnotizó al espectador con ese extraño encanto de los forasteros del western más urbano. Película, ésta última, injustamente tratada en la taquilla, por cierto. Pero en No habrá paz para los malvados, José Coronado ha dado el puñetazo definitivo en la mesa reivindicando su total y rotunda consagración. No es que sólo huela a Goya, el madrileño se convierte ya en uno de los mejores actores del cine español de los últimos tiempos. Señores, no hace falta irse a Hollywood ni a la filmoteca japonesa para ver buen cine. En España hay gran cine para rato.
Publicado hoy jueves 2 de Febrero de 2012 en "El Diario de Almería"
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