ALGÚN día sabremos qué
ocurre en el centro de detención de Guantánamo. Aunque quizá sea tarde.
Sabremos si se trataba de otro infierno en la tierra como Auswitch. ¿Qué
pasa con Guantánamo que ni siquiera el presidente de los Estados
Unidos, Barak Obama, ha conseguido cerrarlo o evitar las torturas que
allí deben estar sucediendo? La tortura como ese medio extraño para
salvar vidas, así nos lo vende el cine o la televisión. Torturar a un
sospechoso de Al Quaeda para dar con el paradero de Bin Laden como
cuenta La noche más oscura. Un medio legítimo. No importan las
convenciones de Ginebra. Debe haber un mundo desolador dentro de esas
celdas y los militares que las custodian seguro que se parecen al Jack
Nicholson de Algunos hombres buenos, donde activar el código rojo está
siempre justificado. Ahora algunos de sus presos se ponen en huelga de
hambre, quizá porque no tienen nada que perder.
Publicado hoy viernes 5 de Abril de 2013 en "El Diario de Almería".
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